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Viernes, 29 de Marzo de 2024
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29/06/2016

CRONICA VIAJE A ASTURIAS Y SANTANDER

CRÓNICA DE UN VIAJE A ASTURIAS Y SANTANDER

Para el viaje cultural de este año, organizado por las Asociaciones de Vecinos y de Mujeres de Campillo, en coincidencia con el Día de la Región, realizado del 9 al 12 de Junio (4 días), nos decidimos por la zona Norte de España, concretamente Asturias y Santander. Una zona que da para muchísimo, no solo por el paisaje sino por la cantidad de lugares interesantes que ver, y que nos dejó a todos enamorados.

El alojamiento estaba ubicado prácticamente en el centro de las zonas que íbamos a visitar, en Panes, villa asturiana perteneciente al concejo de Peñamellera Baja y a orillas del Río Cares-Deva, autentico paraíso de la pesca del salmón. Hotel familiar donde pudimos saborear unas buenas comidas lugareñas, y con un personal muy atento y agradable.

El tiempo que nos hizo fue muy norteño, con temperaturas entre 18 y 22 grados, ideal para pasear y para este tipo de viajes.

Salimos de madrugada hacia nuestro destino, haciendo las correspondientes paradas. En una de ellas, la Agencia de Viajes nos ofreció su habitual y riquísimo bizcocho, y en otra nos sorprendió con un almuerzo campero, llegando a eso del mediodía. Lo primero fue reponer fuerzas, y el restaurante lo hizo ofreciéndonos un primer plato de lo más típico de Asturias: una estupenda y riquísima fabada.

Por la tarde, tras quemar las fabas y descansar un poquito, visitamos Llanes, una guapísima villa marinera del oriente de Asturias de origen medieval. Paseamos por su casco histórico y subimos a su espectacular Paseo de San Pedro, situado en lo alto de la muralla defensiva y totalmente verde. Las vistas que se pueden disfrutar desde ahí arriba son de esas que jamás se olvidan, a un lado con Llanes al fondo y la playa debajo y al otro todo el Mar Cantábrico.

A la mañana siguiente nos dirigimos a Covadonga, centro espiritual y religioso de todos los asturianos, cuna de la Reconquista y el lugar más visitado de Asturias. Visitamos la Basílica y la Cueva de la Santina (patrona de Asturias). La Basílica es imponente, pero lo que más realza su belleza es el marco incomparable de montañas verdes en el que está situada. En su plaza se ubica la estatua del Rey Don Pelayo, primer Rey de Asturias, cuya tumba se encuentra en la Santa Cueva junto a su mujer Guadiosa. También se encuentra enterrado en ese lugar el Rey Alfonso I, quien ordenó construir esa capilla dedicada a la Virgen María para celebrar la victoria ante los musulmanes en la Batalla de Covadonga.

En ese marco incomparable nos dividimos en dos grupos, uno se quedo visitando las tiendas de recuerdo y el bar, mientras otro (unos 39) nos desplazamos a los Lagos de Covadonga, a unos 12 kilómetros del Santuario. La subida, por una carretera estrecha y con muchas curvas, hay que hacerla con un servicio público de furgonetas, al estar restringido el servicio de autobuses, pero fue toda una experiencia que nos llevó a otro santuario, esta vez acuático. Primero llegamos al Lago Enol, a 1.070 metros de altura, y desde aquí continuamos el ascenso al Lago Ercina, a 1.108 metros de altitud. Ambas masas de agua están separadas por la loma de la Picota, donde se encuentra el Mirador Entrelagos. Desde ahí pudimos disfrutar de impresionantes paisajes y de un entorno rodeado de praderas donde pastan vacas, caballos y ovejas, ajenas a todo lo que ocurre a su alrededor. Es un lugar mágico.

Después de bajar de los Lagos nos fuimos a Cangas de Onís, una ciudad histórica. Tras un paseo por la calle principal, nos dirigimos al monumento más representativo de esta ciudad y de Asturias que es el “Puente Romano”, sobre el río Sella. Tiene cinco arcos y desde el central cuelga la Cruz de la Victoria, Símbolo de Asturias. Fue construido en época medieval, y hasta el siglo XIX tuvo una gran importancia al ser el único puente sobre el río Sella y que unía las provincias de Asturias y Cantabria.

Tras la comida y un corto descanso, nos desplazamos por el impresionante Desfiladero de la Hermida (formado por el cauce del Río Deva) a Potes, ciudad cántabra y capital de la comarca de Liébana. Pueblo con un encanto especial, pequeño, pero con mucha vida. Visitamos su edificio más emblemático “La Torre del Infantado”, actualmente dedicado a exposiciones (cuatro de sus plantas contienen una exposición sobre el Beato de Liébana y sus Beatos). Dada la premura de tiempo, nos dirigimos al Monasterio de Santo Toribio de Liébana, a unos 3 kilómetros de Potes. Es un bello edificio, pobre y austero, pero uno de los puntos más importantes del catolicismo, pues entre sus reliquias se encuentra el Lignum Crucis, el trozo más grande conocido de la Cruz en la que clavaron a Jesucristo. Un monje nos explico un poco la historia del monasterio y de la reliquia que allí custodian… y nos dejó tocarla. Independientemente de la fe y creencias de cada uno, fue un momento extraordinario y emotivo. Después volvimos a Potes, paseamos por sus calles empedradas, cruzamos por sus puentes, que te obligan a asomarte y ver como el río discurre entre casonas y edificios medievales, sus fuentes, casas antiguas; un pueblo que por su belleza merece la pena visitar.

El sábado cogimos rumbo a Santander. Llegamos con un poco de llovizna, que desapareció nada más bajar del autobús. Recogimos a la guía local, que nos acompañó durante toda la mañana, y nos dirigimos a su Catedral, Nuestra Señora de la Asunción. Una catedral diferente a otras, simple y pequeña, totalmente reconstruida como consecuencia de su destrucción por el gran incendio sufrido por la ciudad de Santander en 1941, destacando su claustro. A continuación realizamos una visita panorámica en autobús por los lugares más emblemáticos del centro hasta llegar al Palacio de la Magdalena. Ubicado en la parte más alta de la Península con el mismo nombre, rodeada de unas increíbles vistas por los cuatro costados, fue la residencia de verano del Rey Alfonso XIII, bisabuelo del actual Rey Felipe VI. Majestuoso  Palacio, el lugar más emblemático de Santander. Visitamos su interior (Sala de Alfonso XIII o Sala Madrazo, el Hall Real, el Comedor de Gala, el Salón de Baile, etc.), tan bonito como su exterior. A continuación continuamos con nuestra visita panorámica por el precioso paseo que hay a los largo de las playas, entre ellas la famosa de El Sardinero, llegando hasta el Faro de Cabo Mayor, con unas vistas privilegiadas de toda la Bahía de Santander. Junto al Faro hay una Cruz como homenaje a las personas que arrojaron al acantilado durante la Guerra Civil Española. Además, hay un pequeño bar con una terraza, que con el día soleado, pero fresco, que hacía no perdimos la oportunidad de tomarnos una cerveza con las famosas anchoas de la tierra.

Por la tarde Gijón. Junto a una llamativa e inmensa pradera verde casi llena de mujeres en bikini tomando el sol, recogemos al guía local, el cual nos dejó bien claro desde el principio la rivalidad existente entre los gijonenses y los ovetenses. Empezamos con una visita panorámica mientras nos dirigíamos a nuestro primer destino a las afueras de la ciudad: la Universidad Laboral de Gijón. Impresionante… hay que verlo para creerlo. Concebida en los años 40 como colegio para huérfanos de mineros, se transformó en los 50 como la primera Universidad Laboral de España. Casi abandonada en los 80, ha sido recuperada hace poco años como centro cultural, universidad y centro de oficinas. Si la intención era impresionar, lo consiguieron. Todo tiene medidas exageradas, de hecho es el edificio más grande de España, y de una suntuosidad difícil de explicar. Algo que no hay que perderse cuando se visite Gijón. Después continuamos hacia el centro de la ciudad, pasando por la inmensa playa de San Lorenzo, en ese momento con marea baja, y llegamos hasta el puerto deportivo. Paseamos por la plaza del Marqués, donde está la estatua de Don Pelayo y el Palacio de Revillagigedo, Plaza Mayor con el Ayuntamiento e Iglesia de San Pedro.

Por la noche, como despedida, el Restaurante nos preparó una suntuosa cena a base de productos de la tierra, y se nos hizo una demostración de cómo “escanciar” la sidra (lograr el mismo efecto que si ésta saliese del tonel, al echarla de la botella al vaso). La verdad es que la mayoría prefirieron beberla antes que aprender.

A primeras horas de la mañana del domingo iniciamos el regreso a Lorca, haciendo un alto en Burgos para ver su Catedral. Si impresiona por fuera, por dentro es el no va más. Sus trece capillas, a cual mejor, son preciosas. El servicio de audioguía, que fue rápidamente asimilado por todos, y que nos permitía escuchar las explicaciones a través del aparato, junto con la maravilla que estábamos viendo, hizo que la visita se nos quedara corta. Pero teníamos que continuar el viaje, porque a las dos había que reponer fuerzas en un restaurante de Aranda de Duero. Y bien que las repusimos, con una extraordinaria comida de productos de la tierra que nos habían preparado. Y tras dos horas de comilona continuamos el viaje hacia Campillo, donde llegamos sobre la medianoche.

Nuestro agradecimiento a todos cuanto han puesto su granito de arena (Agencia, guía de viaje, conductor, pasajeros, etc.) para que los que hemos ido a este viaje hayamos vuelto completamente entusiasmados por los momentos tan maravillosos que hemos vivido, tanto en las visitas realizadas como de convivencia entre nosotros. Gracias a todos.

En breve tendréis disponibles todas las fotos en la carpeta Fotos Actividades o también en el siguiente enlace:

https://goo.gl/photos/n6aU1ScTooAf5Jbw9

 

 


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