VIAJE A LIÉTOR

Doce de Octubre de 2019, Día de la Fiesta Nacional de España, siete de la mañana, organizado por las Asociaciones de Vecinos y de Mujeres de Campillo, 56 personas (32 mujeres y 24 hombres) emprenden viaje desde el Centro Social de Campillo al pueblo albaceteño de LIÉTOR, pueblo espectacular no solo porque su núcleo urbano se encuentre colgado sobre el precipicio que forma el Valle del Río Mundo, sino por el formidable patrimonio religioso con el que cuenta. Nombrado el pueblo más bonito de Castilla-La Mancha en 2017.

Tras una parada para reponer fuerzas, llegamos a Liétor sobre 10 de la mañana, donde nos recoge nuestro guía local. Iniciamos la visita en la Iglesia de Santiago Apóstol y su interesante museo etnológico parroquial. El Altar Mayor está pintado con la técnica del trampantojo (según nuestro guía, trampa para el ojo). Continuamos hasta la Plaza de la Diputación, presidida por una curiosa plaza de toros abierta, donde se celebran diversos festejos taurinos y actos culturales.

Subimos hasta la Ermita de Nuestra Señora de Belén, declarado Monumento Histórico-Artístico, que aunque por fuera no llama la atención, por dentro es una auténtica maravilla con unas pinturas que llenan de colorido todo el templo (casi 600 metros de pintura popular a lo largo de las paredes y el techo y un retablo asombroso).

Bajamos a la Plaza Mayor, donde al lado del Ayuntamiento, y bajo una casa con dos balcones de madera, se encuentra la hermosa fuente “El Pilar”, espacio lleno de coloridos azulejos que representan diversas escenas del Quijote. Por calles estrechas llegamos a la Plaza de los Condes, lugar donde se hayan dos casas señoriales y una de las zonas en la que se grabaron escenas de la película “Amanece, que no es poco” de José Luis Cuerda.

Seguimos bajando hasta que llegamos a los miradores panorámicos que posee Liétor. Las vistas son espectaculares, dada la altura del pueblo con respecto al profundo valle del Río Mundo. A uno de ellos se puede bajar a la cueva de Pilancón por una escalera metálica.

De vuelta visitamos el antiguo Convento de Frailes Carmelitas Descalzos de San Juan de la Cruz. Ahora santuario de Nuestra Señora del Carmen, patrona de Liétor. En una cripta que se halla en el Altar Mayor, cuya entrada está oculta bajo una alfombra, se encuentran los cuerpos incorruptos de frailes y personajes del convento. A la salida, justo al lado del convento, visitamos el lavadero El Ramblón, antiguo lavadero del pueblo con muchísimas pilas donde se lavaba la ropa hasta finales de los años 80, actualmente restaurado y utilizado como sala de exposiciones.

Tras la visita guiada, llegó la hora de comer. Para ello, nos trasladamos al restaurante “Nuestro Amigo Rafael”, reservado previamente por nuestra agencia de viajes, situado en el mismo pueblo y muy cerca de donde terminamos la visita. Restaurante familiar y con personal muy agradable, donde pudimos degustar una formidable comida que mereció la felicitación del grupo. Y tras mover un poco el esqueleto por parte de algunas de nuestras acompañantes (seguimos reconociendo que lo del baile no es el fuerte de los campilleros) emprendimos el viaje de regreso, llegando a Lorca un poco temprano, pero satisfechos de haber pasado un estupendo día de convivencia.